Roberto da Silva Rocha, profesor universitario y politólogo
americanista
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Todavía es posible concebir a una persona con tanta maldad en el corazón que bordea la discapacidad psicopática, aún a una persona considerada normal que pueda defender conscientemente cosas como el comunismo de Cuba o Corea del Norte.
Son casos extremos de personas que aún no son psicópatas que son conscientes del mal y todavía no lo evitan; pero hay otro grupo de personas perversas, que son el mayor peligro para la solidaridad orgánica o mecánica propuesta por Durkheim, uno de los creadores de la ciencia Sociología, prueba de que el espíritu humano aún recorrerá un largo camino hacia el desarrollo mental.
Me refiero a los inocentes americanófilos, me cuesta creer que las personas esencialmente materialistas y no digo extremadamente, me refiero solo a las personas materialistas que sienten pasión por los EE. UU., son personas que buscan una nueva vida en los EE. USA: por las pirámides de Egipto, que allí no existen; o para visitar sus playas, muy frías y sin belleza; o visitarán el museo del Louvre, que está en Francia y no en Nueva York; o ir a las mejores universidades del mundo, que son muy caras e inaccesibles sin una recomendación académica; o conocerán la cultura americana de Shakespeare, Mendelssohn, Brahms, Beethoven, Picasso, Da Vinci, que no son norteamericanos; Entonces, ¿qué van a buscar estas personas? Solo bonificación financiera, solo quieren riqueza material. Esto convierte a los visitantes en las peores personas del mundo de carácter torpe, salvo la visita a Disneyland nada en USA puede atraer a una buena persona, de alto espíritu; así que Estados Unidos solo atrae a gente peligrosa, mezquina y egoísta.
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