quarta-feira, 31 de julho de 2024

¡El próximo país comunista!




¡El próximo país comunista!
“Una revolución sólo triunfa cuando derriba la puerta podrida”, frase de Proudhom sobre la fórmula del éxito de una revolución comunista.
Mucho menos derramamiento de sangre, revueltas, rupturas, motines, deserciones, nada de eso es necesario cuando todas las condiciones están sobre la mesa, las premisas están dadas para el inevitable cambio. EEUU termina deslegitimando a la oposición al gobierno tiránico e ilegítimo cuando toma medidas ilegítimas e ilegales, como cuando realiza boicots y sanciones unilaterales sin respaldo legal de organismos multilaterales e internacionales, perjudicando así directamente a los menos interesados, dejando a las poblaciones sin alternativas al boicot y la privación de cosas esenciales para la vida y la supervivencia. Todos pagan la pena con la esperanza de que los insatisfechos comprendan que no son ellos quienes los privaron y castigaron, sino que son las consecuencias de los actos de los gobernantes las que provocaron las consecuencias de los actos de represalia. Así, la cadena causal dista mucho de la capacidad de asociación de causa y efecto de la población que escucha el discurso de la autoridad sobre la crueldad de sus verdugos que impiden a la población y al gobierno hacer todo lo que podrían por el bienestar del pueblo. Así, el boicot, las sanciones y los bloqueos son responsabilidad de los enemigos externos, anulando los efectos pretendidos. Esto es muy fácil de entender, cuando las personas no pueden ver, percibir y sentir la presencia invisible de un submarino nuclear de casi doscientos metros de tamaño, con sus doscientas cabezas nucleares y veinte misiles balísticos supersónicos con múltiples bombas en cada una de ellas, se asustarían menos que la presencia conspicua y aterradora de un enorme portaaviones de 330 metros con 90 aviones que aparecen en la superficie de los mares con sus setenta metros de altura, les parece aterrador, ni siquiera se dan cuenta de que la complicadísima operación de un portaaviones los hace casi imprácticos como arma de ataque, dependiendo de una enorme cubierta que necesita apoyo con enormes cantidades de logística, como combustible, escolta; baja velocidad, enorme ruido, intenso desgaste y la peligrosísima y riesgosa operación de recogida y lanzamiento de cada aeronave, pero se necesita la amenaza mediática visual para causar miedo e imponer respeto; los submarinos no imponen miedo y respeto escondidos en el fondo del mar. Un submarino nuclear es como un cáncer antes de la metástasis, no presenta síntomas y no causa molestias, pero cuando aparece en estadio IV ya es demasiado tarde; un portaaviones es como una migraña, un dolor de cabeza que nunca parece convertirse en un cuadro grave, pero consigue ser molesto y causar malestar y malestar. La población estadounidense está sin esperanzas, con 50 millones sin hogar o viviendo y residiendo en sus coches; el dólar ha perdido su primacía en las operaciones del mayor negocio del mundo, que es el petróleo; el poder global ha sido desafiado en la guerra de Ucrania; las monedas paralelas siguen proliferando a través de la pionera y clandestina criptomoneda Bitcoin; Países rebeldes y parias del sistema europeo-americano, como Cuba y Corea del Norte, han sobrevivido a más de medio siglo de asedio despiadado de barreras y aislamiento total, sirviendo de modelos a otros nuevos candidatos, como Irán, Venezuela, Argentina, Nicaragua, Siria y Rusia, que ya no están tan desfavorecidos, solos y aislados. Todas las condiciones están dadas, y el tiempo de no retorno se acerca velozmente con la certeza de que no hay democracia cada vez que el sistema intenta asesinar a un presidente o a un candidato presidencial, ya sea en EEUU, mediante golpes de Estado en revoluciones financiadas y comisionadas, mediante sobornos y pagos para comprar agentes públicos para cambiar y controlar regímenes políticos que terminan en regímenes sin legitimidad como en: Maidán, El Cairo, Tbilisi, Ashgabat, Minski, por donde pasa la ola amarilla, la ola de la democracia de la revolución de colores con militantes profesionales pagados para cruzar el Lago de Maracaibo, mortadela sobre pan y veinte dólares para reunirse en multitudes de millones de personas espontáneamente en las calles a una hora determinada, gritando consignas espontáneas de forma sincronizada; este tipo de manifestación sincronizada, estandarizada e industrializada, mimetizada con consignas, banderas, y personalizada y preparada y empaquetada como un regalo útil, rodeada de protección contra interferencias no autorizadas de opiniones no autorizadas de influenciadores mediáticos previamente censurados y vetados de redes sociales digitales y medios masivos de comunicación; Restricción del lenguaje mediante un vocabulario y un léxico controlados, con expresiones y palabras eliminadas del habla y la escritura, todo ello políticamente correcto y adecuado al sistema de control social y político de la comunidad.
¿Adivinen quién será el próximo comunista en la comunidad mundial?Roberto da Silva Rocha, professor universitário e cientista político

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