sexta-feira, 21 de junho de 2024

¡No! ¡Tal vez!

¡No! ¡Tal vez!

Cuando no es no-sí. No necesariamente no; justo en algún lugar entre mitad sí y mitad no. Tal vez sí; Tal vez no.

Yo explico.

En el lenguaje diplomático, nunca se niega perentoriamente una solicitud de otra nación al inicio de una negociación, conferencia, consulta, comunicación, articulación, agenda preliminar, reunión, visita.

Esta regla nunca podrá ser violada en tiempos de paz.

Así, el vocabulario se separó, se forjó metafóricamente en metonimias, hipocresías y eufemismos casi paradójicos sin llegar al límite de la contradicción.

El vocabulario así desarrollado consagraba cosas y palabras que no significan exactamente sino que pasan por alto deseos e ideas, rozando la ideología, entonces creamos la expresión guerra fría que nadie supo explicar teóricamente, técnicamente no es una guerra, es una no guerra. guerra, una no paz.

Luego viene otra nueva joya del vocabulario diplomático que es la expresión posverdad. No es necesariamente una mentira, ni una verdad, es una excepción a la verdad, un término legal oscuro y dudoso, suave y elegante literariamente, literalmente.

Para enriquecer este nuevo vocabulario neodiplomático, creamos la distensión del galicismo para expresar la inmovilización del impasse ficticio mexicano en los géneros cinematográficos occidentales de Hollywood.

Por tanto, las guerras modernas ya no tienen el resultado lógicamente esperado: victoria o derrota. Ya no, desde las guerras frías, en Indochina, en Medio Oriente, con pocas excepciones vemos un bando destruido pero no derrotado, como Corea del Norte, Libia, Yugoslavia, Taiwán, Cuba, Haití, Camboya, Vietnam. En algunos casos hubo una no derrota por un lado y, al mismo tiempo, una no victoria. Es la gramscización que reformula semánticamente el significado de derrota-victoria, la guerra de la narrativa superando la realidad de los hechos. ¿Qué hechos?

Después de que terminó la guerra fría, incluso durante esta etapa entre bipolarismo, surgió el centro extremo de los no alineados, que serían los no enemigos, los aliados no neutrales.

Las guerras se libran desde la perspectiva contable del flujo de caja, bajo la atenta mirada de la opinión pública que determina el ritmo y la intensidad de las acciones en el campo de batalla, el control de las narrativas y la información del campo de batalla, por lo que nunca más sabremos de la verdadera Historia de las guerras, siempre hemos sido rehenes de las narrativas, desde Napoleón, la Revolución Francesa, las revoluciones comunistas, en los libros no se ha filtrado nada sobre genocidios, masacres, violaciones, abusos, robos, saqueos, cabelleras, botín, todo el secretismo de las acciones poco éticas de los sótanos del Estado nacional.

Roberto da Silva Rocha, professor universitário e cientista político

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