sábado, 9 de julho de 2022

Los límites del desarrollo y el progreso

Roberto da Silva Rocha, profesor universitario y politólogo
Los límites del desarrollo y el progreso
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No es el neoludismo, ese movimiento en Inglaterra contra las máquinas en la primera fase de la Revolución Industrial, contra las máquinas que destruyeron los puestos de trabajo de los trabajadores que producían a través de la fabricación manual y artesanal contra la competencia desproporcionadamente mucho más eficiente de las máquinas industriales y el línea de producción en serie.

La Revolución Industrial trajo dos problemas: la crisis de sobreproducción muy bien explorada por el teórico macroeconómico de Heinrich Karl Marx, y el cambio de paradigma en el comercio internacional del mercantilismo y la esclavitud a la producción en masa por parte de grandes empresas transnacionales cuyos negocios solo pueden existir a un nivel gigantesco. , como llantas, acero, automóviles, vidrio plano, refinerías de petróleo, medicamentos, barcos, etc.

Nunca se pensó más allá de Kondratiev y Karl Marx en detener el desarrollo a través de leyes para controlar el ritmo del crecimiento industrial y tecnológico, el mal de nuestro tiempo es que los productos se vuelven obsoletos antes de perder su capacidad de uso, como los sistemas operativos Windows que cada cinco años nos vemos obligados a cambiar de sistema simplemente porque la nueva generación de aplicaciones incorporadas para ser utilizado, hay más de 1000 aplicaciones que continúan y seguirán siendo desconocidas e innecesarias para la mayoría de los usuarios, como los 700 botones y controles disponibles en un modelo de automóvil Volkswagen Jetta que un conductor nunca sabrá de la existencia de estas instalaciones sin ir más allá de los controles de aire acondicionado, calefacción, faros y linternas, ventanas y seguros eléctricos, control de asientos, frenos de estacionamiento, transmisión automática, control de crucero, comando de sonido e internet, reasignación de rendimiento del motor, tantos miles de horas de construcción y diseño de instalaciones que nunca serán utilizadas, y este mismo proceso se repite en todas las áreas de la tecnología.

Es necesario poner límites a la implementación de nuevas tecnologías, este avance desenfrenado y acelerado no mejora la vida de las personas ni la eficiencia y eficacia de la vida de las personas, ni reduce los costos de vida de las personas.

Roberto da Silva Rocha, professor universitário e cientista político

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