quinta-feira, 20 de outubro de 2022

no quiero ir al cielo

no quiero ir al cielo

¿Podemos negarnos a ir al cielo?
Las opciones puestas para las personas salvas, en el supuesto de que no han pecado, se han arrepentido de sus pecados y, según el cristianismo, han sido salvadas de la suerte del infierno, por lo que el cielo es el lugar destinado para ellas, obligatoriamente.
Pero que si aun no queriendo pecar, y queriendo seguir la doctrina de la iglesia cristiana, haciendo todo lo que la doctrina recomienda, sigo negándome a ir al cielo, por una razón muy personal, no quiero compartir la eternidad junto a personas que considero incompatibles conmigo, y porque se supone que otras personalidades interesantes nunca llegarían al cielo por sus estatutos establecidos según las sagradas escrituras descritas en el nuevo testamento que introdujeron las ideas del cielo y el infierno, por lo que renuncio a ir a el mismo cielo que el obispo Edir Macedo, Billy Graham, Malafaia, el Papa Juan Pablo II, mientras que al mismo tiempo me gustaría pasar la eternidad junto a John Lenon, Jimmy Hendrix, Janis Joplin, Costinha, Chacrinha, Elis Regina, Renato Russo, Cassia Eller, de esas personas que presumiblemente nunca estarían, en el cielo de católicos y protestantes, pero no se pondrían del lado de algunos de los apóstoles y discípulos de Jesús con Pablo, Pedro el falso, Lucas y también de Moisés, ni Abraham, ni Salomón y David, porque no me gusta la gente arrogante, falsa, pretenciosa, y por eso no tengo que compartir la eternidad con estos famosos.
Pero, como he cumplido con mis deberes bíblicos, no puedo rechazar el pasaporte obligatorio que los justos obtienen para ir al cielo, por lo que no podría negarme a ir allí al cielo por simple voluntad, hace que el cielo sea una prisión obligatoria para los justos incluso sin querer o desear ir al cielo.

Roberto da Silva Rocha, professor universitário e cientista político

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