dictadura del proletariado
Las diatribas de los comunistas serían cómicas si no fueran trágicas, irrazonables, absurdas, bizarras, esquizofrénicas, como comparar al rico o al exitoso hombre de negocios con un ladrón; has oído la expresión de Proudhom acerca de que toda propiedad privada es un robo.
No alguna propiedad privada; o puede ser uno u otro; o cierta propiedad marcada e identificada. O en un lugar o tiempo donde la propiedad privada fue robada. Toda la propiedad.
Así, se llega fácilmente a la condición en que, en un barrio de la capital de Pernambuco, Recife, todo el colectivo representante del proletariado decide que un nuevo desarrollo inmobiliario de alto costo para personas de altos ingresos no puede ser una ofensa a los precarios. condición de los vecinos proletarios que habrán de vivir allí en el barrio con tanta opulencia y lujo, aumentando el contraste social de desigualdad de ingresos que se ve a simple vista.
Así, los vecinos del condominio de lujo que invadieron esos predios urbanos para construir sus precarias residencias sin tener el título de lote, sin someterse a las normas de construcción y postura municipal para la vivienda, ahora exigen al Estado que los lleve a lo alto de los cerros invadidos por la vivienda. eso nunca fue aprobado, y en los rincones más recónditos de la selva, en los bosques, a orillas de los ríos, igapés, manglares, en los lugares más precarios, el Estado tiene que cumplir con su deber de llevar agua, alcantarillado, luz, escuelas , puestos de salud y policía, hospitales y líneas de transporte urbano para que tengan toda la comodidad de un contribuyente precisamente para los invasores no contribuyentes abusados proletarios.
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