La tragedia humana

Roberto da Silva Rocha, profesor universitario y politólogo

Libros en Amazon.com

La tragedia humana.

Es una pena lo que la naturaleza le hizo al homo sapiens.

Nadie me advirtió, nadie me enseñó cuando era joven.

Cuánto sufrimiento podría evitarse.

Cuántos niños pequeños se quedaron viendo el ruedo de lucha entre padres por falta de educación sexual de sus padres adultos, por desconocimiento de las ciencias del comportamiento.

Ningún libro de Psicología o Sexología ha tomado la iniciativa de producir saberes prácticos sobre la sexualidad sin herir los principios cristianos, sin herir la moral, sin violar el sello feminista que patrulla sin cesar nuestras cabezas, los medios de comunicación, los partidos políticos y las redes patrulladas por tontos globalistas que sueñan. de conquistar y controlar a la humanidad, a pesar de la imbecilidad y la total imposibilidad y resultado de una acción que, de ser exitosa, terminaría en la monotonía y total apatía de la humanidad sin la diversidad de lenguajes, vestimentas, modas, música, comida, piel y colores de ojos, tipos de pelo, cánones de belleza, religiones, en fin, un Japón, una Suecia internacional sin emoción alguna, un puñado de hormigas obreras, el sueño de los fracasados ​​emperadores del norte y de Europa, un mundo que ni siquiera conocen si realmente quieren vivir en ella.

Desean una vida que ya se sabe que no tiene mucho sentido, la maldición de la riqueza que mató a Michael Jackson, Marlyn Monroe, ataca principalmente a los artistas, y los lleva de la vida precisamente en ese momento en que están con muchas riquezas y un aburrimiento enorme porque no pueden usar los 2300 pares de zapatillas, fallan en andar con los 29 Ferraris y Lamborghinis y descubren que son solitarios rodeados de guardias de seguridad aduladores y picos.

La vida es muy cruel con la especie homo sapiens, porque las niñas aún no tienen suficientes hormonas testosterona para sentir excitación sexual y el ritmo solo llega al clímax y al punto de acumulación de hormonas que forma la masa crítica capaz de desencadenar el deseo sexual femenino. sólo se alcanza a partir de los treinta años, y en los varones esta tasa se inicia a los diez años y alcanza un máximo a los 19 años, descendiendo a partir de los cuarenta, por lo que las mujeres casadas sólo disfrutan de pareja activa entre los 30 años. y los 40 años de su edad se casan con parejas de edades correspondientes, por lo que hasta la treintena las esposas y parejas libran una lucha diaria huyendo del deseo sexual de sus varones, a veces con fraudes de todo tipo la más conocida jaqueca, incluso luchas para hacer el estado de ánimo sexual por la noche desalentador por tener sexo con su marido en la cama en su dormitorio de desastre sexual.

Luego a partir de los treinta llega el diluvio sexual femenino, como la mujer ha exacerbado su fragilidad emocional, no tiene mucha delicadeza y discreción para obtener sexo de su marido, quien si se ha acostumbrado al ambiente sexual previo a esta fase, nunca lo hará. entender por qué la mujer está sumamente excitada todo el día, y comienza a conjeturar cosas sobre la infidelidad de su esposa, lo que terminará sucediendo como una profecía autocumplida, sumado a eso el estrés causado por años de intentar relaciones sexuales incumplidas durante los años anteriores y el desastre parece la tormenta perfecta para la separación incluso después de veinte años de matrimonio, debido a la segunda ola de incapacidad de la pareja para igualar el sexo.

Sin duda la cultura oriental se dio cuenta de las ventajas de la poligamia porque naturalmente las esposas son de diferentes edades y el sultán notó que sus esposas mayores son cada vez más fogosas, y aunque las más jóvenes son más atractivas, no se interesan tanto por el sexo hasta que se hacen mayores. , por lo que son iniciadas por las mayores, y las mayores no se sienten intimidadas por las nuevas esposas, por lo que los occidentales nunca han experimentado este ambiente aparentemente caótico pero que en realidad es muy adecuado para todas las esposas, cada una viviendo de acuerdo con sus expectativas en un ambiente totalmente manera apropiada.

La tragedia humana.