Roberto da Silva Rocha, profesor universitario y politólogo
¿Es el estigma de la maldad humana un verdadero estereotipo moralista?
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Tenía que ser un loco, o un psicópata, un paranoico, nunca uno como nosotros, para que podamos aceptar que una persona como Adolf Hitler pueda entenderse como un ser no humano y no civilizado.
Estoy cansado de escuchar estas delirantes explicaciones sobre las grandes maldades que un ser humano es capaz de hacer, aunque sea normal como cualquiera de nosotros.
Durante una lectura de la santa biblia en cualquiera de las cinco versiones, desde la somalí con 83 libros, o la ortodoxa con 78 libros, o la católica apostólica con 76 libros o la luterana con 73 libros, o la protestante con 66 libros a lo largo del antiguo testamento todo pecado y error viene de dentro del ser humano, pero en el nuevo testamento tenemos una introducción de un ser espiritual llamado diablo que es el responsable de la tentación del ser humano y hace que el ser humano cometa toda clase de males y males
¡Uf! ¿Cuántas excusas necesitamos para justificar simplemente la creencia de que el mal no puede ser practicado por personas consideradas buenas o normales?
No excluyo a los neuro y psicopatológicos que son psicópatas sociópatas sin empatía por el dolor de otro ser humano, estos existen y son diagnosticados.
Pero cuando nos enfrentamos a un crimen brutal cometido por personas que se parecen a nosotros, nos desconcertamos y pronto atribuimos alguna patología a por qué las personas buenas no hacen cosas malas y las personas malas no hacen cosas buenas.
Es extraño decir que una vez en Águas Lindas de Goiás estaba en una parada de autobús en un día festivo cuando la gente de esa ciudad muy pobre en 2006 se preparaba para llenar los autobuses que salían de allí al Plano Piloto en Brasilia. buscaban esparcimiento para sus familias, y me llamó la atención una de las familias, un muchacho joven y su esposa con sus tres hijos pequeños, y alguien de mi lado me dijo que ese muchacho era solo uno de los ladrones más peligrosos de Águas Lindas de Goiás, con eso me preguntaba perplejo: uai, los asesinos tienen familia, y la cuidan con el mismo cariño que llevaba en brazos a su bebé y besaba a su mujer oa su pareja con tanto cariño.
Son los estereotipos del bien y del mal que nuestra sociedad moralista intenta justificar que el mal es una forma de vida de psicópatas estigmatizados que no somos como nosotros los humanos.
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