Matrimonios volátiles de Hollywood
Siempre me he preguntado, hace más de cincuenta años, ¿por qué mis parejas favoritas de Hollywood se separan?
Sabía de la existencia de contratos nupciales, espectáculos verdaderamente grandiosos para promocionar películas, restricciones contractuales para todo, desde la dieta, el control de peso, el control del corte de pelo, el domicilio, el estándar de las casas, las fiestas y celebraciones, nada era natural, ni en realidad, todo lo era. parte del Star System, sí, no era ingenuo, pero creía que había excepciones.
Pero hay una cuestión freudiana fundamental, los artistas tienen un defecto congénito que los diferencia de los abogados, ingenieros, soldados, tienen una hipersensibilidad a la belleza, al deseo de satisfacción hedonista, incapaces de planificar nada, todo es placer en su mente, todo es estético, todo es vanidad, me imagino lo difícil que es manejar un elenco artístico con la extrema superficialidad mental de una persona cuya mente ve el mundo como algo para disfrutar sin límites, sólo los sentidos.
Luego pronto se cansan y aburren de la rutina, siempre quieren ser vistos, elogiados, notados y adorados, y nada es capaz de satisfacer sus ilimitados deseos, joyas, casas, ropa, cirugías y procedimientos estéticos como Michael Jackson. Cambian incluso de memoria, nada puede limitarse a la belleza y la vanidad, nada puede impedir que exacerben la búsqueda del placer, único objetivo de los narcisistas y vanidosos.
Cuando les das mucho dinero y poder entonces te das cuenta claramente de la dimensión de la aberración y esto es sólo la punta del iceberg de la vanidad y la pretensión, ilimitada, inmanejable, inconmensurable, sin límite entre la locura y la fantasía indistinta de la realidad, la psicosis de insensibilidad y la falta de empatía, la emoción exagerada y superflua capaz de llorar por un bebé o un cachorro abandonado, todo es emoción, nada fuera de la emoción, simplemente las ganas de vivir con adrenalina y el pulso acelerado todo el tiempo. Para ellos, sólo el ostracismo y el desprecio son capaces de destruir sus vidas.
Son suicidios anómicos, sin planificación y sin equilibrio económico y emocional, su vida es una tormenta eterna, un caldero de emociones que necesita permanecer encendido para siempre, y ni siquiera la vejez puede detenerla, ni la decadencia ni la realidad pueden interrumpir su trayectoria en hacia el final.
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